Pinocho es un personaje de la literatura infantil italiana que trascendió sus fronteras hasta convertirse en un clásico universal, como tal también fue llevado a la pantalla grande, fue escrito en el siglo XIX.
En realidad cito esta introducción como corolario perfecto a mi entender para personificar al presidente del Honorable Concejo Deliberante de la ciudad de Tartagal, quien parece no haberse percatado que en política se puede ser mentiroso, pero si a eso le agregas que sos de madera la combinación está destinada al fracaso.
Armandin Leguizamón, de quien hablamos recorrió los medios de comunicación solicitando espacios por su propia voluntad para desmentir reiteradas y groseras irregularidades que circulaban sobre su accionar al frente del cuerpo, la desmentida no duro 24 horas, eso fue lo que tardaron en aparecer las pruebas que confirmaban sus cualidades de Pinocho.
Walter Wayar tres veces vicegobernador de la provincia quien no llego a la máxima magistratura por un puñado de votos que se los negó el departamento San Martín y especialmente la ciudad de Tartagal en un sincericidio que quedo para la historia calificó la política como la escuela secundaria “𝗖𝗼𝗽𝗶𝗮𝗿 𝘀𝗲 𝗽𝘂𝗲𝗱𝗲 𝗰𝗼𝗽𝗶𝗮𝗿, 𝗽𝗲𝗿𝗼 𝗻𝗼 𝘁𝗲 𝗽𝘂𝗲𝗱𝗲𝗻 𝗱𝗮𝗿 𝗹𝗮 𝗰𝗮𝗻𝗮 “, evidentemente Leguizamón no lo escucho a Wayar porque dejo todos los dedos marcados, ordenes de compras, facturas, pedidos de suministros, inclusive compras directa a su cuñado, todas tienen la firma de Pinocho, quien parece mucho más preparado para la gastronomía que para el cuerpo legislativo, bajo el rotulo de mercaderías varias adquirió 600.000 pesos al familiar citado, en otra facturas se gastan cifras altísimas en servicio de lunch que nadie recuerda y la proveedora se empecina en jugar a las escondidas, bizcochos en cantidades industriales ($ 1.311.600 en una sola compra autorizada), hasta galletitas surtidas y elementos de pinturas retirados por el hijo quien no forma parte del cuerpo legislativo y no tengo tanto espacio para continuar con la transcripción.
Hay un dicho popular “𝗤𝘂𝗶𝗲𝗻 𝗰𝗼𝗺𝗲 𝘆 𝗻𝗼 𝗰𝗼𝗻𝘃𝗶𝗱𝗮, 𝗹𝗲 𝘀𝗮𝗹𝗲 𝘂𝗻 𝘀𝗮𝗽𝗼 𝗲𝗻 𝗹𝗮 𝗯𝗮𝗿𝗿𝗶𝗴𝗮”, Leguizamón no supo prever que no solo tenía enemigos afuera, peor son los de adentro y así apareció la documentación que hoy lo deja en evidencia, alguien se quedó con las ganas de uno de jamón y queso.
Pero sería un error de concepto periodístico creer que esto puede hacerse sin responsabilidades superiores que exceden al concejo, en la documentación aparece la firma de un funcionario del ejecutivo municipal, precisamente un personaje al que prácticamente no se le conoce la voz (en política el silencio paga)quien supo romper la tradición no escrita que todos los funcionarios designados políticamente se van con el intendente y en su momento fue premiado con una designación de planta permanente.
Parecería que el ejecutivo municipal no tiene nada que decir al respecto y ya no interesa si se pagó o no se pagó, el esquema está probado con el recorrido de la cadena administrativa y las firmas, es intolerable e inaceptable y no califica la doctrina Grondona. El desaparecido presidente de la AFA portaba un anillo que tenía la inscripción 𝗧𝗢𝗗𝗢 𝗣𝗔𝗦𝗔, es claro que no todo pasa, basta con espiar los últimos comportamientos electorales para darse cuenta.
El radicalismo en solo dos años, no solo perdió la intendencia, también dejo ser la principal oposición, algo natural y lógico si se tiene en cuenta que su principal figura hace más de dos años que se exilo voluntariamente de la política tartagalense y de Tartagal, con representantes provinciales desangelados con el timón girando a la derecha, solo queda el conmovedor esfuerzo de Silvia Zabala desde el llano, quien sin representación electoral trata al menos de escribir un obituario digno de lo que en algún momento fueron, parecen las exequias póstumas de una épica evaporada en un suicidio asistido por el gobernador de la provincia, como dice el tango “𝗦𝘂𝘀 𝗼𝗷𝗼𝘀 𝘀𝗲 𝗰𝗲𝗿𝗿𝗮𝗿𝗼𝗻 𝘆 𝗲𝗹 𝗺𝘂𝗻𝗱𝗼 𝘀𝗶𝗴𝘂𝗲 𝗮𝗻𝗱𝗮𝗻𝗱𝗼”.
Esto deja servido en bandeja la condición de oposición al partido libertario que sin mucho esfuerzo se convierte en una opción (alcanza con hacer la planchita), más allá de su tendencia a hundirse, se le suelen pegar los imanes.
Las cartas están sobre la mesa, hay un tema del grupo musical sueco ABBA que encaja a la perfección para describir la política (nunca fue escrito con esa intención), se llama “𝗧𝗵𝗲𝗪𝗶𝗻𝗻𝗲𝗿 𝗧𝗮𝗸𝗲𝘀 𝗜𝘁 𝗔𝗹𝗹” y en una traducción quizás caprichosa dice algo así “𝗖𝘂𝗮𝗻𝗱𝗼 𝘀𝗲 𝗮𝗿𝗿𝗼𝗷𝗮𝗻 𝗹𝗼𝘀 𝗱𝗮𝗱𝗼𝘀, 𝗵𝗮𝘀𝘁𝗮 𝗹𝗼𝘀 𝗱𝗶𝗼𝘀𝗲𝘀 𝘀𝗲 𝗰𝗼𝗻𝗴𝗲𝗹𝗮𝗻, 𝗲𝗹 𝗴𝗮𝗻𝗮𝗱𝗼𝗿 𝘀𝗲 𝗾𝘂𝗲𝗱𝗮 𝗰𝗼𝗻 𝘁𝗼𝗱𝗼, 𝗲𝗹 𝗽𝗲𝗿𝗱𝗲𝗱𝗼𝗿 𝗾𝘂𝗲𝗱𝗮 𝗽𝗲𝗾𝘂𝗲𝗻̃𝗼, 𝗮𝗹𝗴𝘂𝗶𝗲𝗻 𝘁𝗶𝗲𝗻𝗲𝗻 𝗾𝘂𝗲 𝗰𝗮𝗲𝗿”, funciona en la política y en el amor también.





