
Tras la paliza electoral que sufrió el pasado domingo, el ex Intendente de Rosario de la Frontera, Gustavo Solís no pudo ocultar su molestia y cuestionó el camino que eligieron los rosarinos en las urnas.
El investigado y denunciado jefe comunal, al igual que a su hermana Carolina Solís que ejercía como secretaria de Hacienda, se presentó con el objeto de acceder a una banca en la Cámara de Diputados y así obtener fueros por las dudas avancen las investigaciones en su contra.
Los vecinos le dieron la espalda porque no logró su objetivo. Era tan grande su calentura que no tuvo problemas en asegurar que “Lamentablemente, Rosario se va al carajo”.
Añadió que “la gente quiere la joda, la noche y la mafia”.