Una madre ya cansada de la situación denunció a su hijo de 30 años porque, bajo los efectos de las drogas y el alcohol que había consumido, se presentaba en al domicilio para causar desorden y amenazar a la familia. Por estas situaciones ya tenía medidas de restricción.
Luego de un acuerdo de juicio abreviado el hombre fue condenado a la pena de un año y veintitrés días de prisión efectiva, por ser autor del delito de desobediencia judicial en dos hechos y amenazas en tres hechos.