La captura de Matías Jurado, el hombre que fue detenido bajo la sospecha de ser un asesino serial después de que encontraran huesos y piel humana en su casa de Alto Comedero, trajo alivio a un barrio que vivía atemorizado por sus constantes amenazas.

Tras la detención del acusado, al que todos conocían como “el machetero”, los vecinos contaron que le tenían miedo porque amenazaba con apuñalarlos y siempre andaba armado con machetes.

El equipo de fiscales a cargo de la investigación busca determinar si los restos hallados en el domicilio de Matías Jurado pertenecen a cinco personas en situación de calle o de vulnerabilidad que se esfumaron sin dejar rastro
Matías Jurado atraía a las víctimas, según pudo reconstruir la investigación, con un falso trabajo en la terminal como maleteros o con una invitación a su casa para tomar alcohol. De forma voluntaria, subían a un remis o taxi. Una vez adentro de su casa, los asesinaba y descuartizaba para deshacerse de los cuerpos de una forma macabra.

Los peritos que trabajaron en la vivienda que ocupaba junto a su sobrino de 16 años, en el barrio Alto Comedero, en San Salvador de Jujuy, hallaron varios fragmentos de huesos que, creen, serían de las víctimas. Resta análisis de ADN que confirmen la principal hipótesis del equipo fiscal liderado por Guillermo Beller: que podrán estar frente a un asesino serial.
Fue Beller quien, al tomar conocimiento de la última de las desapariciones, encontró patrones comunes en otras similares en la zona. Esa investigación llevó a la policía a la casa del horror. Se trató de la búsqueda de Jorge Omar Anachuri, de 68 años, quien desapareció el 25 de julio pasado. Es decir, un viernes. Según dijo su sobrino a los detectives, ese día de la semana era el predilecto de su tío para cometer los atroces crímenes.

El presunto homicida serial seguía, de acuerdo a las fuentes consultadas, un patrón específico. No solo en el modus operandi y el día elegido para cometer los crímenes (los viernes), sino también en la elección de las supuestas víctimas: todas serían personas en situación de calle, hombres adultos, mayores de 50 años.
Solo uno de ellos es menor de 30 años. Se trata de Sergio Alejandro Sosa, de 25, quien desapareció el 4 de julio.
En orden cronológico, se investigan también las desapariciones de Miguel Ángel Quispe (60), quien fue visto por última vez el 26 de junio; de Juan Carlos González, de 60 años, quien desapareció el 11 de junio, y de Juan José Ponce (51), que es buscado desde el 10 de abril.

Mientras este lunes a las 16 se realizará una audiencia que definirá la prisión preventiva de Jurado, se espera que esta semana antropólogos trabajen en el terreno de la propiedad.

El sobrino del presunto asesino serial de Jujuy habló de la casa del horror: “Pasaban cosas malas”
Sospechan que puede haber más restos desperdigados y rastros de ADN que deberán ser cotejados con muestras de familiares de los desaparecidos, aunque aún resta confirmar que se trata de huesos humanos.

Presuntas víctimas del asesino serial
Al mismo tiempo, esperan la ampliación de la declaración del adolescente de 16 años que vivía con el sospechoso y otras entrevistas a vecinos de la zona que puedan dar mayor claridad a la causa. Además, está pendiente la toma del testimonio a otro pariente del imputado, también menor de edad.
Por último, analizan si la ropa hallada en el domicilio pertenece a alguna de las personas desaparecidas.