Expertos advierten sobre los riesgos de colocar productos sensibles en la zona más expuesta, donde las variaciones térmicas pueden afectar la frescura y seguridad alimentaria en el hogar.
Organizar correctamente los productos dentro de la heladera es fundamental para garantizar la frescura de la comida y reducir los riesgos para la salud en el hogar. Aunque resulte práctico colocar botellas, envases o productos que se utilizan con frecuencia en la puerta, esta costumbre puede tener consecuencias inesperadas para la duración y la seguridad de ciertos alimentos. De hecho, según expertos citados por EatingWell, el área de la puerta es la zona más cambiante de la heladera y la menos apta para conservar productos sensibles.

Cuáles son los 5 alimentos que no deben ir en la puerta de la heladera

Leche: es muy sensible a los cambios de temperatura frecuentes en la puerta del refrigerador. Guardarla allí facilita el desarrollo de bacterias y acelera su descomposición. US Dairy recomienda colocarla en la parte trasera de la heladera, donde el frío se mantiene más constante y seguro.
Huevos: aunque muchas heladeras incluyen hueveras en la puerta, esta ubicación no mantiene la temperatura adecuada. Los huevos necesitan frío continuo para conservar su humedad y evitar la entrada de bacterias a través de la cáscara. La American Egg Board aconseja almacenarlos en su empaque original, en una repisa interna.

Carnes y aves crudas: requieren temperaturas bajas y estables. Sus jugos pueden contaminar otros alimentos si se derraman, y la puerta nunca brinda el frío necesario. Desde EatingWell sugieren usar las repisas inferiores del refrigerador para estos productos, dentro de recipientes herméticos.
Frutas y verduras: estos productos frescos precisan condiciones específicas de humedad y frío, ausentes en la puerta. La USDA recomienda utilizar cajones para conservar su frescura; en la puerta, frutas y verduras se pudren o pierden sabor más rápido.
Queso: el queso necesita frío uniforme, sin exceso, para evitar que se seque o adquiera sabores indeseados. La USDA indica que debe guardarse en cajones destinados a quesos y fiambres, ubicados en la zona media o inferior del refrigerador, donde la temperatura es estable.