Argentina eliminó a México y está en la semifinal del Mundial Sub 20

0
45

Un buen papá tiene el deber de enseñarles a sus hijos. De proveerles los saberes y las herramientas indispensables para que salgan a transitar el camino de la vida con todos los conocimientos necesarios. En eso anda Diego Placente, el padre de esta criatura compuesta por jóvenes que prometen, que avanzan de forma inobjetable en el Mundial Sub 20 y convocan a la ilusión de todos. En eso también anduvo la Selección ante México, rival con el que Argentina sostiene una paternidad histórica que trasciende a las categorías y las competencias.

El seleccionado dio otro enorme paso y alcanzó la semifinal del Mundial después de 18 años. La última vez había sido en Canadá 2007, cuando luego levantó el trofeo. La primera meta ya está cumplida: jugar siete encuentros. Porque más allá de lo que suceda en la semifinal, que será ante Colombia el miércoles a las 20, Argentina tiene, de mínima, asegurado el partido por el tercer puesto.

Más allá de los resultados, lo más destacable es la fórmula para conseguirlos. La Selección es un equipo ofensivo, diseñado para asumir roles protagónicos. Pero ante México también afloró otra faceta. Porque después de ponerse en ventaja se plantó con un 5-4-1 y supo salir de contragolpe. Fue muy importante la tarea de Maher Carrizo, quien había convertido un doblete en el 4-o ante Nigeria en octavos y esta vez tuvo oportunismo para abrir el encuentro tras un remate de Acuña que llevó al arquero Ochoa a dar rebote. Fue tremendo el despliegue de Villalba, quien ingresó a los 28’ del primer tiempo por la lesión de Pierani y, tras una gran jugada, le acercó a Silvetti la pelota para que el delantero de Inter Miami convierta el segundo gol a lo Batistuta, metiéndose al área de prepo, a pura potencia. Fue muy buena la tarea de Prestianni, de mucha dinámica y criterio para tocar. Fue una actuación sólida desde todo punto de vista para un equipo serio que encarna todos los valores que Placente aprendió del gran José Néstor Pekerman, quien bajo el pulso de su sabiduría forjó a generaciones enteras de cracks que luego dieron el salto a la Mayor.

Argentina ganó su tercer partido consecutivo con la valla invicta. Un dato que delata que, además de atacar,. el conjunto argentino también sabe defender, con delanteros y volantes solidarios para ubicarse por detrás de la línea de la pelota ante la pérdida. Un conjunto que demostró plasticidad para adaptarse a los momentos de los encuentros y tener variantes. Un seleccionado con inteligencia para interpretar lo que demanda cada rival.

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí