Tras una separación mediática, la pareja renovó votos de cercanía y complicidad durante una jornada de relax junto a sus hijas y amigos
El rumor ganó fuerza en redes sociales durante las últimas horas, pero fueron las propias imágenes —difundidas sin filtros desde los perfiles digitales de los protagonistas— las que despejaron toda duda: El Polaco y Barby Silenzi apostaron otra vez a su amor y lo celebraron con una escapada familiar al río, rodeados de risas, caricias y complicidad. La historia de esta pareja, iniciada en 2016 y acompañada desde el primer momento por la mirada atenta de la prensa y sus seguidores, sumó un nuevo capítulo que encuentra su epicentro en los pequeños gestos compartidos frente a la naturaleza, con sus hijas y la tribu ampliada que los acompaña.

Desde sus inicios, el vínculo entre ambos se caracterizó por la pasión y las idas y vueltas que hicieron de su relación un clásico moderno de la farándula argentina. El nacimiento de su hija Abril fortaleció la unión, pero no logró blindar al amor contra los embates de distancias, separaciones y reconciliaciones, siempre vividas a la luz pública. Precisamente, a mediados de este año, ambos confirmaron la separación y todo parecía indicar un cese definitivo, marcado por declaraciones serias y un cierre tajante.

Sin embargo, el destino parecía escribir otra trama. En las últimas semanas, ciertas señales -pequeños detalles capturados en redes sociales- pusieron al público en estado de alerta. Todo cobró velocidad cuando, a fines de septiembre, El Polaco, Barby, la pequeña Abril y Elena -hija de la bailarina junto a Francisco Delgado—fueron vistos compartiendo una cena en un restaurante. Una imagen simple: dos adultos, dos niñas, risas espontáneas y un aire de tranquilidad. Pero, incluso en la simpleza, los seguidores detectaron una comodidad y una complicidad palpables.

Barby Silenzi tambíen compartió una foto de la madrina de su hija Elena
No tardó en llegar una segunda foto de la velada que, para muchos, terminó de sellar el rumor de reconciliación. Sentados sobre un sofá rojo decorado con detalles orientales, El Polaco lucía su clásico desenfado, mientras Barby, sonriente y relajada, apoyaba la mano en una de sus piernas. La luz cálida envolvía su cercanía y alimentó las interpretaciones de un reencuentro tan celebrado por el entorno digital como deseado por la propia pareja. En cuestión de minutos, las redes explotaron con suposiciones y mensajes de apoyo, avivando el fuego de una relación tan mediática como entrañable.