Civiles trasladaron más de 50 cadáveres a una plaza de Río de Janeiro: los hallaron en una zona boscosa

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Los cuerpos fueron hallados entre los complejos del Alemão y de la Penha, donde se llevó a cabo la operación policial más letal de la historia del estado. La cifra oficial de muertes es 64, pero estiman que podría elevarse a más de 120

En la madrugada de este miércoles, residentes del Complexo da Penha, en la zona norte de Río de Janeiro, trasladaron más de 50 cuerpos a la plaza São Lucas de la comunidad. A primeras horas de la mañana llegó Defensa Civil al lugar para llevarse los cuerpos.

Familiares lloran junto a los cuerpos de los fallecidos

Los cadáveres fueron hallados en la zona boscosa entre los complejos del Alemão y de la Penha, donde se llevó a cabo la operación policial más letal de la historia del estado.

El periódico Folha ya habla de que son 64 cuerpos (la misma cifra que había de ayer, con lo que el total ascendería a 128), mientras que O Globo confirmó 59 hasta el momento. Más allá de lo que publican los medios locales, aún no hubo una actualización oficial de cifras.

De acuerdo con las cifras oficiales, la acción dejó al menos 64 muertos y 81 personas detenidas. Entre las víctimas fatales hay cuatro policías.

La abogada Flávia Fróes, quien estuvo presente durante la retirada de los cuerpos, declaró que varios cadáveres presentaban “marcas de disparos en la nuca, puñaladas en la espalda y heridas en las piernas”.

Organizaciones y defensores de derechos humanos solicitaron a la Comisión Interamericana de DDHH la presencia de interventores y peritos internacionales en Río.

Fróes calificó la intervención policial como “la mayor masacre de la historia de Río de Janeiro”.

Las calles de Río estuvieron desiertas en la madrugada

Los cadáveres fueron retirados de la parte trasera de un vehículo con la ayuda de personas en situación de calle. Entre quienes colaboraron en la remoción había menores. Un niño de aproximadamente nueve años asistió en la tarea, informó el periódico Folha de San Pablo.

Uno de los cuerpos no tenía cabeza. La misma fue transportada en una bolsa. En medio de la conmoción, uno de los presentes gritó a los familiares: “Es uno de cabello rojo”. Las manos del cadáver estaban cerradas, apretando césped.

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