350 animales muertos, familias evacuadas y gases tóxicos: el desastre del pozo de Lomas de Olmedo en Salta

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El desastre ambiental del pozo petrolero de Pichanal volvió a encender alarmas, pero esta vez a nivel global. La crisis que denuncian desde hace meses las comunidades del departamento Orán llegó nada menos que a la Cumbre Climática 2025 (COP 30), en Belém do Pará, donde Greenpeace advirtió ante líderes mundiales que el pozo Lomas de Olmedo X-10 (LO X-10) se convirtió en “un Chernobyl salteño en pleno avance”.

Durante su intervención, Hernán Giardini, representante de Greenpeace Argentina, exhibió imágenes registradas días antes en la zona: árboles completamente secos, suelos quemados por fluidos corrosivos, animales muertos y una densa nube tóxica que cubre el bosque nativo. “Mientras el mundo discute cómo abandonar los combustibles fósiles, en Argentina tenemos un pozo abandonado que libera gases inflamables y genera riesgo extremo de incendios. Esto exige acción urgente”, expresó.

La comparación con Chernobyl provocó repercusión internacional inmediata. Medios de Brasil y Europa replicaron el informe, mientras organizaciones ambientales presentes en la COP alertaron por la magnitud del daño: más de 350 animales muertos, familias desplazadas, contaminación de aguas y suelos, afectación grave de especies vulnerables y un riesgo permanente de incendios.

Una crisis que estaba anunciada

Para los especialistas locales, lo ocurrido no es ninguna sorpresa. En junio pasado, el biólogo salteño Enrique Derlindati, referente ambiental del norte, advertía que el pozo X-10 estaba en “riesgo crítico” desde hacía al menos dos años. Criticó la falta de respuesta estatal, la ausencia de estudios independientes y la desconexión total entre la ciencia y la toma de decisiones ambientales en Salta.

En la misma línea, el abogado ambientalista Pedro Arancibia había sido categórico: “El Estado es responsable por acción u omisión. Esto debió haberse resuelto hace dos años”.

El Gobierno de Salta sostiene que mantiene un “control técnico permanente” en la zona, con mediciones de CO₂, desvío de caminos, vigilancia policial y un perímetro de seguridad de 800 metros. Sin embargo, la realidad en el territorio contradice el discurso: los animales muertos siguen apareciendo, la fuga continúa e incluso se intensificó según pericias del CIF y nuevas denuncias de Greenpeace.

Además, hasta el momento no existe un plan público detallado sobre cómo controlarán o sellarán la emanación tóxica.

“El monte agoniza”: la voz de las comunidades

Los pobladores de Lomas de Olmedo y La Estrella llevan meses registrando el ecocidio con fotos y videos. Describen un panorama devastador: vacas, caballos y animales silvestres muertos “por todos lados”, gases que obligan a evacuar viviendas, lagunas contaminadas y un bosque que se seca día a día.

Reclaman medidas urgentes:

-control inmediato de la fuga,

-declaración de Emergencia Ambiental,

-estudios oficiales transparentes,

-asistencia sanitaria,

-apoyo económico a las familias afectadas.

“Cada día sin respuestas profundiza el desastre. El monte está agonizando”, sostienen quienes viven a metros del pozo.

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