En Salta está prohibido el uso de pirotecnia sonora, pero igual mucha gente la usa y se escuchan fuertes estruendos durante las fiestas.
La Ordenanza Municipal N.º 15.546 de la ciudad de Salta prohíbe la tenencia, uso, detonación y venta de toda pirotecnia que haga sonido fuerte. Esta norma busca proteger la salud y el bienestar de las personas (especialmente con sensibilidad al ruido) y de los animales.
La Ley Provincial N.º 8340, conocida como Pirotecnia Sonora Cero, prohíbe en toda la provincia la venta, uso, fabricación y comercialización de pirotecnia sonora.

Si esto pasa es porque hay un cumplimiento imperfecto de las normas.
Aunque existen prohibiciones, no siempre hay suficientes controles o sanciones efectivas para evitar que la gente use pirotecnia sonora, especialmente en espacios privados o lejos de las zonas más vigiladas.
En muchas ocasiones la pirotecnia sonora se vende de forma clandestina o en los mismos locales habilitados, lo que facilita que la gente la compre y use.
Las autoridades municipales pueden incautar mercadería o sancionar ventas en la vía pública, pero es más difícil evitar que alguien use pirotecnia sonora en su casa o en un barrio sin que eso sea visto por inspectores.

Para muchas personas, “tirar cohetes” durante festividades sigue siendo visto como parte de la celebración, aunque esté prohibido. Esto hace que muchos lo hagan aun sabiendo que no está permitido.
Hay quienes no conocen bien la normativa o simplemente no le dan prioridad a los efectos negativos que causa en vecinos y animales.
Durante Navidad 2025 se reportó que se escucharon fuertes detonaciones de pirotecnia sonora en varios barrios de la ciudad pese a la prohibición vigente. Esto demuestra que la normativa no está siendo plenamente respetada o controlada en todos los sectores.
Desde el municipio y la Policía se dispusieron operativos de control, recorridos preventivos y herramientas digitales para la denuncia anónima de la venta de pirotecnia, con el objetivo de desalentar su comercialización y uso. Sin embargo, gran parte de la comunidad evadió el pedido público de concientización y optó por fuegos artificiales sonoros para celebrar.
Según se presume, la pirotecnia utilizada es vendida de manera ilegal, en los mismos puestos habilitados para la venta de cohetes.

Más allá del incumplimiento de la normativa, las autoridades y organizaciones proteccionistas volvieron a insistir en la necesidad de generar conciencia sobre el daño que provoca la pirotecnia sonora. Su uso afecta gravemente a mascotas, que sufren estrés, desorientación y en muchos casos escapes o accidentes, y también a personas con dificultades, como niños y adultos con trastornos del espectro autista, personas mayores y quienes padecen hipersensibilidad auditiva.
Los festejos navideños estuvieron marcados por explosiones y estruendos en toda la Provincia a pesar de la prohibición existente y que nadie cumple.
Las leyes existen, pero a menudo no se aplican de forma constante. Hay pocos inspectores, las denuncias no siempre prosperan y las multas no disuaden.
En muchas fiestas populares la pirotecnia se ve como “parte de la celebración”. Para algunas personas, la tradición pesa más que la ley.
Aunque esté prohibida, sigue circulando en el mercado informal, a veces incluso de forma abierta, lo que facilita su uso.
Se suele priorizar la diversión individual por encima del bienestar común.






