Malestar en el Gobierno por el Presupuesto: no lograron derogar dos leyes clave y apuntan contra gobernadores, entre ellos Sáenz

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Javier Milei con los gobernadores en la Casa Rosada.

El oficialismo cuestiona el rechazo de algunos aliados al capítulo 11, que incluía la eliminación del Financiamiento Universitario y la Emergencia en Discapacidad.

Hay un fuerte malestar en el Gobierno por el tratamiento del Presupuesto 2026 en la Cámara de Diputados al considerar que el texto que quedó vigente no es consistente con el objetivo de equilibrio fiscal que plantea la administración de Javier Milei.

En particular, en el oficialismo cuestionan que no se haya derogado dos leyes clave que, según sostienen, generan obligaciones de gasto que ponen en riesgo el superávit y consolidan un esquema presupuestario que “no les sirve”.

“En el Gobierno sostienen que este presupuesto no les sirve y no es consistente con el objetivo de equilibrio fiscal”, explicaron a TN fuentes oficiales, luego de la sesión. La principal objeción se concentró en el rechazo al capítulo 11, que incluía la derogación de las leyes de Financiamiento Universitario y la Emergencia en Discapacidad.

Se trata de una decisión que, de acuerdo con la mirada del Ejecutivo, tuvo un objetivo concreto: forzar al Presidente a administrar un presupuesto con déficit.

Remarcan que las dos leyes que continúan vigentes imponen compromisos de gasto incompatibles con la meta fiscal y con el mandato que, aseguran, surgió de las urnas.

Según la lectura del Ejecutivo, “el kirchnerismo, la izquierda y aliados no interpretaron el mensaje de las urnas”, ya que la sociedad, sostienen, “votó orden fiscal, equilibrio y fin del déficit permanente”. Esa interpretación es la que explica, para el Gobierno, el endurecimiento del discurso tras la votación del capítulo conflictivo.

Al rechazo del Capítulo 11 se sumaron diputados que responden a los gobernadores Osvaldo Jaldo, Gustavo Valdés, Raúl Jalil, Gustavo Sáenz y Rolando Figueroa, junto con un grupo reducido de radicales aliados. Ese movimiento encendió alarmas en la Casa Rosada, que comenzó a diferenciar comportamientos dentro del mapa de aliados provinciales.

El bloque de La Libertad Avanza en Diputados

En ese sentido, desde el Gobierno remarcaron que “es importante distinguir comportamientos”. Puntualmente, destacaron el rol de los gobernadores de Provincias Unidas, quienes habían acordado con el oficialismo dar quórum, acompañar la votación en general y ausentarse de manera coordinada al momento de tratar el capítulo más conflictivo. “Cumplieron en todos los términos del acuerdo”, subrayaron fuentes oficiales, al marcar una diferencia con otros mandatarios.

Pese a las tensiones y a lo que califican como “varias derrotas consecutivas” en la Cámara baja, el Gobierno logró un objetivo central: la aprobación del Presupuesto 2026 en general, con 132 votos afirmativos. El respaldo a la ley de leyes en general fue posible gracias al acompañamiento del PRO, radicales dialoguistas y los espacios políticos que responden a Osvaldo Jaldo, Gustavo Sáenz, Raúl Jalil, Marcelo Orrego, Rogelio Frigerio y Hugo Passalacqua.

Desde el oficialismo resaltan que esa votación aunque advierten que el resultado final dejó un esquema que no se ajusta a la hoja de ruta fiscal del Ejecutivo. “Este presupuesto no nos sirve”, insistieron desde el Gobierno.

La posición del Ejecutivo se mantiene sin matices: “El Gobierno sostiene una posición firme y consistente: ‘No hay vuelta atrás hacia el déficit, porque la Argentina ya eligió otro camino’”.

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