El gobernador de Salta, Gustavo Sáenz, uno de los mandatarios provinciales que acompañó al Gobierno nacional al inicio de la gestión, rompió lanzas tras la derrota electoral en Buenos Aires y lanzó durísimas acusaciones contra la Casa Rosada: “A mí me cagaron con las obras” y “me cagaron en lo electoral”.
En diálogo con Jony Viale en Radio Rivadavia, Sáenz aseguró que el Gobierno nacional “subestimó” a los gobernadores. Denunció “falta de respeto y consideración”, acusándolos de “mentirnos” y “no cumplir con la palabra”, en referencia a convenios de obra pública firmados en junio del año pasado que nunca se ejecutaron.
Pero la crítica más dura fue por el armado electoral. Según supo Noticias Argentinas, Sáenz acusó al kirchnerismo de intervenir el PJ salteño “para que puedan poner un candidato de La Cámpora” con el aval del Gobierno nacional, a pesar de que sus diputados habían apoyado a Milei.
“Roma no paga traidores, pero la lealtad es de ida y vuelta”
El gobernador, si bien dijo no arrepentirse de haber dado las herramientas al inicio de la gestión, envió un mensaje directo al Presidente por sus constantes reclamos de fidelidad: “Yo le escucho mucho al presidente hablar de la lealtad y que Roma no paga traidores, y me parece bien, pero la lealtad es una avenida de ida y vuelta. Esto tiene que quedar absolutamente claro”.
Sáenz calificó de “error muy grande nacionalizar esta elección” y aseguró que ayer “ganaron los bonaerenses, no ganó el peronismo y mucho menos el kirchnerismo”, al que calificó como un “modelo agotado”.
Finalmente, apuntó contra el entorno presidencial: “Hay muchos que hemos acompañado y que hoy se sienten palomas de iglesia”, dijo, explicando la metáfora: “Lo digo porque se encargó su gobierno (…) de cagar a los fieles. Lo fueron sacando a todos aquellos que acompañaron desde el primer momento”.