En un zoológico de Miami, 24 especialistas operaron y salvaron a una jirafa

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Un equipo integrado por 24 personas entre ellos veterinarios, cuidadores, asistentes y herreros, se sometieron a una arriesgada operación en la que una jirafa tenia dos de sus patas fracturadas.

“Reto extremo”. Así definió el Zoológico de Miami a la intervención quirúrgica a la que fue sometida la jirafa llamada Pongo. Lamentablemente, el mamífero sufría de dos fracturas en dos las patas y para salvarle la vida, se necesitó de un equipo “multidisciplinario” de 24 personas.

El proceso comenzó cuando los especialistas de zoo notaron que el animal de 11 años de edad rengueaba en su andar, además de notarlo molesta y perturbado por los dolores que sufría. Así, determinaron que urgentemente Pongo necesitaba ser operado.

Los veterinarios decidieron poner en marcha esta intervención durante el fin de semana pasado. En las últimas semanas, el animal de la subespecie “reticulada” estaba siendo medicado para mitigar los dolores pero nada era suficiente y se notaba un “acelerado deterioro”.

Pese a todas las buenas intenciones, los especialistas sabían que la tarea sería titánica: no es fácil anestesiar completamente a una jirafa, ya que por cuestiones de su altura, es todo un trabajo mantener su pulso sanguíneo.

El sábado a la tarde comenzó el dispositivo que convocó a diversas personas entre las que se encontraron veterinarios, cuidadores, asistentes y herreros para calmar a Pongo, poder acostarlo y comenzar a realizarle los estudios necesarios de un prequirurgico. Finalmente, las radiografías y las tomografías mostraron que tenía una fractura reciente en la pata trasera izquierda, así como una previa en la delantera derecha.

Con los datos recolectados, comenzó la operación multitudinaria: mientras los anestesistas dormían y los cirujanos operaban al mamífero, las otras personas se encargaron de darle masajes, controlar los signos vitales, mantener el flujo de la sangre y cuidarle el cuello que estaba recostado sobre un tablón.

“Para las labores de inmovilización, fue necesario un esfuerzo altamente coordinado. Este procedimiento era altamente urgente para mejorarle su calidad de vida, era doloroso verla restringida en sus actividades”, detallaron los especialistas del único zoológico subtropical ubicado en el sur del estado de Florida.

“Las jirafas adultas son de los animales más difíciles de anestesiar. La muerte como resultado de no poder recuperarse de la anestesia es un riesgo alto y muy grave”, agregaron.

Durante esta “extrema” maniobra, a Pongo le colocaron unos zapatos de goma personalizados en sus patas traseras para inmovilizar y soportar la pata recientemente fracturada, mientras ayudan a equilibrar la pata opuesta. Finalmente, la operación fue un éxito.

Con ayuda de los veterinarios, Pongo se recompuso en 40 minutos a través de diversas estimulaciones y fue directo a reencontrarse con su manada. Todo el Zoo de Miami estaba emocionado de haberle salvado la vida y con toda una sensación de alivio.

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