El clásico del año

El 2021 se inaugura con un Boca - River que no sólo será una previa de las semis de Copa (¿y de un derbi en Río?), sino que el que gane estará con un pie en la final del torneo local. Russo y Gallardo concentraron a todos y hay promesa de varias figuras.

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Se sintió cierto alivio cuando el 31/12 a las 23.59 arrancó el countdown para que la pesadilla del 2020 quedara atrás. Pero en términos futbolísticos hoy será 33 de diciembre. Es que la pelota no para. El superclásico de este sábado por la noche podrá ser mal jugado, tal vez no revista una expectativa propia del status de River y de Boca, acaso no tendrá a los 22 titulares de ambos equipos en cancha. Pero podemos asegurar algo: salga como salga, así sea un 0 a 0 de cine iraní, el partido será inolvidable.

Gallardo y Russo son entrenadores que suelen guardarse algunas cartas en la previa a los partidos importantes, pero este clásico también será especial por eso: el Muñeco y Miguel se cartearon y tienen en la mano muchos más naipes de los que suelen tener. Y es que River anunció un ratito antes del brindis de fin de año que son 23 los jugadores que concentraron desde este viernes, mientras que por el lado de Boca son 25 (todos, menos el Pulpo González que le apunta a Santos). Sí, un montón de futbolistas y también de posibilidades. Aunque algún indicio hay… Era claro que el equipo que Gallardo probó el miércoles no iba a ser exactamente el que pusiera en cancha de Boca. Porque es cierto, el Muñeco le da prioridad a la Copa Libertadores y tiene la desventaja respecto a Boca de tener un día menos de recuperación que es esencial a este nivel de competencia, pero también sonaba algo extraño que poblara todo el equipo con chicos que en muchos casos casi no tienen rodaje en Primera. Que Jorge Moreira, lateral izquierdo en el ensayo en Ezeiza, no aparezca en la nómina de los concentrados (además de que no habría tenido lugar en planilla por el cupo de extranjeros con el ingreso de Paulo Díaz a la lista) es una pauta para entender que ese 11 híper alternativo tendrá refuerzos.

Russo lo sabía: Miguel conoce bien al Muñeco, con quien lo une una buena relación basada en un respeto mutuo. El técnico de Boca se imaginaba que MG pondría varios titulares porque también conoce que en el último tiempo, entre salidas sin reemplazos (Palacios, Scocco, Quintero, Martínez Quarta y ahora Pratto) y bajas por lesión (Angileri y Casco) River tiene un plantel algo más corto, sin demasiadas variantes probadas para jugar con suplentes y pibes un superclásico oficial. En todo caso, habrá que ver con qué titulares cuenta el Muñeco: ¿Armani, Montiel, Rojas, De La Cruz, Carrascal, Borré? ¿Tal vez un tiempo de Nacho? Es posible: son los jugadores que mejor responden físicamente a la doble competencia en el CARP.

Russo, en cambio, tiene más cartas altas en la mano. Por eso, aún descartando a pibes como Ávila, Zeballos, Obando y Alan Varela, el técnico xeneize podría armar un mix con más nombres. Con Andrada, con Izquierdoz, Campuzano, Villa y futbolistas que perfectamente podrían ser del equipo A en cualquier momento, como Buffarini, Zambrano, Cardona, Capaldo, Wanchope, Zárate… Acaso quien probablemente brille por su ausencia será Tevez, que ocuparía un lugar en el banco.

Agarren, entonces, las sobras del asado, picada, lo que quedó de vitel toné, pionono: se juega el clásico del año. Y, salga como salga, no se olvidará más.

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