“El coronavirus mató el amor y el sexting es de lo más significativo de la pandemia”

El amor y el sexo en tiempo de pandemia. ¿Cómo afectó los vínculos de pareja el Covid-19? Un análisis a fondo con el psicólogo Diego Quindimil, a solas con DIARIO 26.

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No hay dudas, la pandemia afectó a todos y a todo. Y las relaciones amorosas o sexuales no son la excepción. Los expertos ya avisaban allá por marzo y abril del año pasado que la cuarentena obligada, el aislamiento y distanciamiento social afectarían a los estados emocionales, y por ende, al amor y al sexo.

Sobre este tema, Diario26.com dialogó con Diego Quindimil, psicólogo y profesor de UBA y UTDT para profundizar ¿cómo afectó y afecta la pandemia a nuestros vínculos amorosos?

“Amar es dar lo que no se tiene a alguien que no lo es. Así define el psicoanalista francés Jaques Lacan al amor. Esta expresión que es en sí una paradoja, tiene muchas interpretaciones, pero una certeza. El amor es dar. Pero en esta pandemia que estamos atravesando nos preguntamos: ¿Es posible dar?”, respondió el especialista y remarcó que “la primera respuesta es que nos encontramos agobiados, angustiados, deprimidos, ensimismados, poniendo nuestra mirada y pensamiento sobre nosotros mismos, nuestra realidad y cómo nos afecta la pandemia. Y entonces surgió la segunda pregunta, ¿puedo dar a otros si no estoy bien yo?”.

“Veamos que sucedió desde marzo del 2020 en lo que respecta al amor desde la perspectiva psicológica. Las preocupaciones por enfermarnos, el temor al impacto económico de la pandemia, la convivencia obligada, la ansiedad, entre otros aspectos que golpearon psicológicamente a las personas, generó un cóctel explosivo para muchas parejas. ‘No me lo banco más. Es que no es lo mismo vernos a la noche cuando cada uno vuelve de su trabajo que convivir las 24 hs’, me decía una paciente respecto a su marido. Es así que el confinamiento fue uno de los principales factores de rupturas amorosas. La convivencia obligada, la rutina compartida, puso en evidencia la falta de amor. Los vínculos por comodidad o conveniencia, no se sostuvieron a lo largo de la pandemia. Si bien era, en muchas parejas el final de una crónica anunciada, la pandemia provocó un derrumbe acelerado de esos vínculos”, definió Quindimil.

Asegurando, además, que “el desgaste del amor también se debió a la falta de proyectos compartidos, algo que nos permita ir más allá del rutinario día a día. En pandemia fundamentalmente nos dedicamos a sobrevivir y el aburrimiento en gran parte se apoderó de las relaciones de pareja. ‘El coronavirus mató nuestro amor’, me decía un paciente. Lo que en principio se veía como una oportunidad de reencontrar los vínculos amorosos terminó siendo un calvario. El incremento del tiempo juntos, demostró que del otro lado de la cama había casi un/a desconocido/a”.

Factor importante fue el tema de estar trabando en los domicilios, el ya famoso teletrabajo o home office. “La cantidad de trabajo extra, del cuidado de la casa y el acompañamiento de las tareas de los chicos, también fue un factor de peleas constante fundamentalmente por la falta de equilibrio y que mayormente recayó sobre las mujeres”, dijo el psicólogo a Diario 26.

“A su vez el confinamiento y la dificultad para contar con otras redes de apoyo como abuelos o tíos, le quitó oportunidades a las parejas de encontrarse solos, más allá de su rol de padres. Esto impactó directamente en la sexualidad que en la mayoría de los casos se fue a pique”, agregó.

Justamente, en este tema de no tener “apoyo familiar” para el cuidado de los chicos es que uno de los rubros más golpeados por el Covid-19 fueron los hoteles. Dejaron de funcionar, quedaron cerrados y sin clientes. Con el turismo frenado, tampoco estaban los turistas que venían de paso a las ciudades. Cuando volvieron a abrirse, “ahí estuvieron los cónyuges que decidieron dejar la casa para descomprimir en muchos casos y ver si había chances de recuperar algo del amor perdido”.

Quindimil contó un hecho particular: “Se usó incluso para tomar un poco de distancia en las parejas. Me dijo una paciente ‘nos tomamos un tiempo para ver si seguimos. Fue una decisión difícil, porque había que dejar al otro solo en un tiempo de crisis, con los dos chicos, pero era el único modo de ver si podemos salvar la relación. Y entonces alquilamos una habitación en un hotel cerca de casa, ella va una semana al hotel y yo me quedo en casa y luego intercambiamos y yo voy al hotel. Por ahora… vamos…seguimos…’. Así como esa tantas otras historias”.

“La dificultad de sacar conclusiones en pandemia también hace que muchas personas la estén pasando mal al interior de las parejas sin las posibilidades, psicológicas, afectivas o inclusive económicas para tomar decisiones definitivas de separación y entonces la agonía sigue”, reflexionó.

En medio de la situación, el panorama para el amor se vio cada vez más complicado. “Iniciar una relación amorosa en pandemia parece requerir más coraje que antes”, dijo el psicólogo y agregó que “las dificultades del relacionamiento con un desconocido, debido a la falta de lugares de encuentro y coincidencia generan nuevas incomodidades”.

“Casi lo único que queda son las aplicaciones de citas, pero los usuarios se quejan de que casi no hay citas. No obstante, si superamos esos obstáculos hay más barreras a atravesar”, afirma el especialista.

“Una de las historias que más me impactaron, fue cuando una paciente me dijo luego de salir con un joven, ‘se terminó la magia del primer beso’… por el uso del barbijo. Es que ahora requiere un acto más, incómodo, que instala el tapaboca, que avisa en el gesto de bajarse el tapaboca que hay algo que todos sabemos que va a ocurrir, sin magia, anticipadamente, un anuncio no requerido, sin improvisación, sin poesía. Es como reversionar el clásico del cantante español Dyango “El primer beso”… que cantaba ‘Me dio el primer beso, con labios temblorosos. Después, sus ojos negros, me miraron con asombro’… Ya no hay asombro… Post pandemia, ahora el primer beso es un beso con aviso. En el momento en el que uno de los dos se quita el tapabocas y se acerca al otro, está dando la clara señal de ir a buscar ese beso que antes se deslizaba en forma más misteriosa y sorpresiva. En definitiva, la pandemia parece cambiar el modo en que conocíamos el amor”, dijo el especialista.

Quindimil también tuvo tiempo de hablar de “la tecnología del orgasmo, la sexualidad de la covid-19”. “Las relaciones sexuales y el deseo sexual también se vieron afectados en la pandemia. Frente a una situación tan desestructurante y extrema como la pandemia las personas priorizan las necesidades básicas de salud, vivienda y alimento. El deseo sexual pasa a segundo plano y el placer sexual se vuelve auto erótico. Sumado a esto el otro es una potencial fuente de contagio”, remarcó.

En esta situación, estamos entrando a un modo de sexualidad que trae la pandemia que no requiere de la presencia del otro. “El sexting fue una de las prácticas mas significativas. No porque sea una práctica exclusivamente pandémica, sino por la explosión de esta práctica. Y lo sorprendente es que desde diferentes agentes de salud de los gobiernos alentaron esta practica sexual cibernética, llamada sexting o sexo virtual. Frases tales como ‘no besarse es mejor’ o ‘sos tu pareja sexual más segura’, desde los discursos oficiales favorecieron esta vuelta de la sexualidad pandémica hacia uno mismo”, remarcó.

“La masturbación y el sexo virtual, como práctica que hizo eclosión en la pandemia y los productos necesarios para practicarlos, se vio reflejada en el incremento de tráfico de las páginas porno y el mayor consumo de juguetes sexuales con el vibrador tipo conejito a la cima de las ventas”, expresó en detalles.

“Estamos frente a una práctica de pandemia donde la tecnología atraviesa el orgasmo. El sexo más que nunca quedará atravesado por la tecnología. Es una nueva adaptación del coronavirus y es en nuestra vida sexual. Las personas han dejado de tener sexo como lo entendíamos antes, la forma de practicarlo cambio con la hecatombe del covid e indudablemente podemos hablar de cambios de hábitos que darán lugar a un sexo pospandemia.

Sin dudas, es una mayor lucha para el amor en los tiempos de coronavirus teniendo en cuenta la frase (hecha canción) de que el amor es más fuerte. “Sabemos que lo que no nos mata, nos fortalece. Y el amor es una de las partes más importantes de nuestras vidas. La maravillosa novela de García Márquez, ‘El amor en los tiempos del cólera’, cuenta la historia de amor entre dos personas de distinta clase social en una sociedad conservadora que es, a todas luces, desde la teoría improbable. Describe una sociedad conservadora e insensible, una sociedad injusta, donde el amor entre dos jóvenes de distinta condición social estaba condenado al fracaso. Mientras tanto, la epidemia del cólera continúa visitando cada temporada el pueblo y provocando la muerte de incontables seres humanos. El protagonista Florentino Ariza tendrá que esperar 53 años, siete meses y 11 días con sus noches para que finalmente Fermina Daza corresponda a su amor”, menciona Quindimil como gran ejemplo.

Y finalizó su análisis diciendo que “las palabras claves para el amor en pandemia, son paciencia y reinvención. Paciencia para poder estar con el otro que es atravesado por sus preocupaciones y reinventar los vínculos para no caer en la abulia. Para poder seguir amando… porque como decía Lacan, el amor es dar hasta lo que no se tiene”.

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