La aberrante historia de Pablo Rangeón acusado de abusar sexualmente de modelos

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Pablo Marcelo Rangeón está detenido y es investigado por la Justicia luego de la denuncia de engañar a jóvenes de entre 17 y 25 años con lujos, desfiles y una vida ligada a la farándula para luego violarlas y golpearlas

El escenario del horror podía ser un monoambiente pequeño, poco iluminado y con paredes descascaradas en un barrio de las afuera de Salta capital o un departamento algo más grande en el centro de la ciudad. Por esos lugares se cree que podrían haber pasado hasta 50 jóvenes que fueron engañadas por el productor de moda salteño Pablo Marcelo Rangeón con el único objetivo de violarlas y golpearlas. El hombre de 45 años utilizaba su escuela de modelaje como anzuelo para captar a sus víctimas, en algunos casos menores de edad. Ahora está detenido y un fiscal pidió que vaya a juicio oral.

El modus operandi que detectó la justicia se repitió una y otra vez: Rangeón se ganaba la confianza de las chicas y las invitaba a boliches donde, se cree, las drogaba para las luego abusarlas en alguno de sus inmuebles. El expediente cuenta con casi una decena de relatos aberrantes, a los que pudo acceder Infobae.

“Se tiró encima mío y con su mano me tenía del cuello y con sus piernas me apretaba las mías. Yo estaba prácticamente inmovilizada, no podía respirar. Le decía que me suelte y lo trataba de empujar. Luego me bajó la calza, me rompió la remera y me bajó el corpiño. Yo le decía gritando ‘por favor, por favor, no me hagas nada estoy en mi último día del periodo’ y él me contestó ‘con más razón, no va a pasar nada’. Para ese momento ya no tenía fuerzas para defenderme”. Este es apenas un fragmento de lo que contó una de las víctimas. En total son 7 los testimonios que constan en el expediente que maneja el fiscal salteño Rodrigo González Miralpeix.

La primera denuncia contra Rangeón se conoció a través de redes sociales en marzo de este año. Una chica público en su Instagram que había sido empleada del acusado durante 7 años en los que vivió todo tipo de acosos, maltratos y abusos. “Ese grito público luego se transformó en una denuncia formal en una fiscalía que incluyó el testimonio de la víctima con todos los detalles de lo que vivió”, explica a este medio Sandra Domene, abogada de todas las denunciantes.

En su relato judicial la joven contó que en el tiempo en que tuvo la relación laboral, Rangeon la abusó sexualmente en reiteradas oportunidades, le quebró dos dedos de la mano y la utilizó para captar otras mujeres: “Me mandaba a dejar su tarjeta personal en boliches para invitar a más jóvenes a que se sumen a la escuela de modelaje para después hacer lo mismo de siempre. Llevarlas a boliches, drogarlas y abusarlas”.

No fue lo único que vivió y soportó. Hubo algo que la marcó físicamente para siempre. Según su relato, que luego fue apoyado por otros testigos, una noche, en el boliche salteño ONE, Rangeón se enojó con ella por un motivo insignificante. El hombre se acercó en medio de la gente como para decirle algo al oído pero en lugar de eso le mordió la oreja y le arrancó un pedazo. La víctima tuvo que ser suturada y quedó con una cicatriz en su lóbulo derecho.

Luego de años de sometimiento físico, psicológico y económico logró salir de ese espiral de violencia y aberraciones y contar lo que vivió.

A ese testimonio inicial se le sumaron más. Quizás el más crudo, por el nivel de precisiones que contiene, llegó el pasado 11 de marzo. Una joven relató que en 2019 se acercó a la escuela de modelaje para cumplir su sueño de ser una profesional de las pasarelas. En ese momento estaba pasando una situación difícil porque se había quedado sin casa, con un bebé de apenas meses que mantener y cuidar. Rangeón olfateó la necesidad y se aprovechó.

La chica, que ahora tiene 23 años, se lo detalló al fiscal: “Cuando terminamos una clase nos subió a cuatro alumnas a la camioneta para alcanzarnos al centro. Yo fui la última en bajarme. Me vio mal y me pregunto qué me pasaba y le conté que estaba sin casa. Me dijo ‘si querés vamos a mi casa, así la conocés y te la puedo alquilar’. Yo le dije que sí y nos dirigimos hasta barrio El Huaico, a un monoambiente”.

“Llegamos al departamento y sacó de la heladera vodka y me convidó. Al principio le dije que no pero insistió y tomé. Era suave y rico. Luego me dijo que el alquiler era de $60 mil total. Le dije que por ahora podía darle 40 que tenía encima y le debía 20. El aceptó y le di el dinero. Hasta que en un momento me dice: ‘como a vos te falta plata, podemos arreglar’”. Le respondo que no entiendo a qué se refiere hasta que me dice ‘dale, ya somos grandes’. Me agarra la cara y me da un pico. Ahí comenzó el infierno”, relató la chica.

La víctima contó también los momentos posteriores, que retratan de manera explícita la brutalidad de la situación: “Me encerré en el baño y le dije que me sentía muy incómoda, que me quería ir. Ahí abrí un poco la puerta y me dice: ‘Hija de puta, qué te venís a encerrar a mi casa’. Me agarró del cuello y me tiro contra la pileta. Me asusté y me puse a llorar. Me llevó del cuello hasta la cama y me tiró. Ahí fue cuando me violó. A mí solo me salía preguntarle por qué me hizo eso y él me respondía que no era ‘nada del otro mundo’. Después me senté en la punta de la cama y me sentí muy mareada”.

En los días posteriores al abuso, Rangeón llamó a la joven para decirle que finalmente no podía alquilarle el departamento. Nunca le quiso devolver los 40 mil pesos que le había dado. Esa situación, ahora, le valió además de la causa por violación una por estafa. “La dejó en la calle y encima le robó la poca plata que tenía”, aclara la letrada Domene.

Otro de los testimonios que se anexaron a la causa, habla de tocamientos. La joven contó que Rangeón utilizaba la excusa de enseñarle modelaje para manosearle la cola y los pechos en reiteradas oportunidades. Fue en 2018 y la víctima tenía en ese momento 15 años recién cumplidos.

La escuela de modelos que Rangeón utilizaba de fachada fue fundada en 2009 y se llamaba “Inspirarte”. Además de administrar ese negocio, el acusado se dedicaba a armar desfiles en la plaza 9 de julio, en llevar chicas a boliches para que hagan “presencia” y en armar eventos en el interior de la provincia.

Pero, sin dudas, donde más lucraba y con lo que más poder adquiría era con la organización del “Salta Moda”, un evento multitudinario para el que contrataba modelos famosas de Buenos Aires a los que les pagaba viaje, estadía y cachet. Ese desfile lo utilizaba también como “promesa” para las chicas que recién ingresaban a su escuela.

odas las víctimas de Rangeón que se presentaron en el expediente fueron evaluadas por psicólogas puestas por la fiscalía. En casi todos los casos las profesionales coinciden en que las jóvenes sufren actualmente “estrés postraumático a causa de todo el sometimiento”. Además, en uno de esos informes se detalla que las chicas “presentan como síntomas insomnio, permanente sensación de pánico y sensación frecuentemente de sentirse al borde del colapso. Estos síntomas son compatibles con haber vivenciado una situación de abuso”.

on el total de las denuncias, los testigos y los informes psicológicos el fiscal González ordenó la detención en el mismo mes de marzo. Sin embargo, la jueza de garantías Claudia Puertas decidió otorgarle el beneficio de la prisión domiciliaria con tobillera electrónica. Rangeón se mantuvo en su casa hasta que a finales de junio un tribunal superior decidió corregir la decisión de la magistrada y volvió a ordenar que el hombre se llevado a la cárcel. Ahora pasa sus días en la Alcaidía de la ciudad de Salta.

Pablo Marcelo Rangeón, el productor de moda que alardeaba de ser “intocable” por sus “contactos con el poder político local”, según contaron sus víctimas, ahora deberá afrontar un juicio oral por cuatro violaciones, abusos simples y hasta estafa. La pena podría ser mayor a los 25 años.

Por Martin Candalaft para INFOBAE

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