No saben cómo frenar la inflación: de precios cuidados a “paritarias cuidadas”. Por Diego Sehinkman

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    Todos sabemos que esta inflación tardará en bajar. Ingresamos en una nueva (vieja) Argentina. ¿Cuánto valen las cosas? ¿Cómo se ordena la economía argentina si Cristina Kirchner la está indexando?

    Como no funcionaron los precios cuidados, Cristina recalcula y saca a la cancha otro plan que podríamos titular “paritarias cuidadas”.

    Vamos por partes: el número de inflación de abril que acaba de publicar el Indec fue del 6 por ciento. Venimos del 6,7 el mes anterior. Y esto supone, en los últimos 12 meses, el peor aumento en 30 años. Este número es un problema porque, aunque la inflación está tóxicamente naturalizada en nuestro país, las últimas mediciones rompen la escala y nos hacen subir a un escalón muy peligroso.

    ¿Qué cambió? Que esa construcción cultural que hizo el peronismo en los últimos años de que “mejor el ruido de la inflación al silencio de los cementerios por la recesión”, ya se fue de las manos.

    Eso sucede porque aún en su locura, en el escalón anterior los aumentos tenían un ritmo. Ya estábamos seteados con resignación para esperar aumentos anuales de hasta el 30. Y si Mauricio Macri terminó con más de 50, eso se atribuyó a un momento de excepcionalidad por las corridas cambiarias que no pudo controlar.

    Alberto también llegó al 51 en 2021. ¿Cuál es la novedad? Que en 2022 ya estamos en otro escalón superior y ya no es por un hecho coyuntural ni pasajero. Todos sabemos que esta inflación del 60, 70 o quizás de más del 100 llegó para quedarse y que tardará en bajar. Ingresamos en una nueva (vieja) Argentina. ¿Cuánto valen las cosas? Ya no es claro, hay mucha distorsión de precios.

    ¡Qué caro está todo!

    En el escalón inflacionario anterior a este (¡qué bien estábamos cuando pensábamos que estábamos mal!), nos podíamos enojar en el chino o el súper con uno o algunos precios puntuales de los productos y entonces lo dejábamos en la góndola. O lo devolvíamos.

    Pero más allá de pensar “qué caro está todo”, ese “todo” conservaba cierta lógica. Existía un “sentido común” donde tal café podía valer tanto, o un shampoo tanto otro. Hoy el “sentido común inflacionario” está roto. Precios demasiado diferentes para mismos artículos. Desproporciones insólitas. Productos que aparecen con remarcaciones disparatadas. Eso nos hizo pasar del enojo operativo (devuelvo o no compro) al enojo resignado. Y una nueva idea se instala: el gobierno ya no tiene más herramientas en su caja para frenarla.

    Este número del INDEC es preocupante para el kirchnerismo porque destruye el poder adquisitivo, la bandera más importante que hoy hace flamear Cristina. ¿Entonces qué hizo la vice? Como Paula Español en la Secretaría de Comercio no pudo con los precios, como Roberto Feletti, que la reemplazó sacando pecho, tampoco, y como los precios cuidados no funcionaron lo suficiente, ahora largó “paritarias cuidadas”.

    Se trata de otra fase de la “operación despegue”. Desde Twitter, Cristina festejó primero la paritaria de Bancarios, del 60. Y en ese sencillo pero no menos emotivo acto, le dio luz verde a todos los secretarios generales para transformar ese 60 en un piso.

    Luego algunos municipios bonaerenses también anunciaron que darán hasta 85 a sus municipales. Y el gobernador de la Provincia de Buenos Aires ya prometió el 60 a gran parte de los empleados públicos. Traducido: el kirchnerismo, en vez de alinearse con el ministro de Economía, está actuando en la vereda de enfrente, como secretario general de todos los gremios y municipios.

    De este modo, Cristina, una de las figuras políticas más influyentes de la Argentina, ayuda a elevar las expectativas inflacionarias. Buenas noticias para los trabajadores, que tendrán la ilusión por un tiempito de que recomponen sus ingresos, pero malas noticias para esos mismos trabajadores, que verán en un futuro cercano cómo los precios suben más todavía.

    ¿Qué hará una empresa que se ve obligada a subir más los salarios?

    Lo trasladará a precios. ¿Cómo hará el estado para pagar más a sus empleados públicos? Aunque lo pague desde mayor recaudación o vía mayor emisión, esos pesos van a una mano que se los quiere sacar de encima lo más rápido posible. Mayor circulante, menor valor del circulante.

    El gobierno se ilusiona con que este 6 por ciento de abril baje a 5 o menos el próximo mes. ¿Por qué bajaría? Los combustibles aumentaron: YPF (manejado por La Cámpora) , 9 por ciento. Otras marcas, 11 o 12. Locomotoras que traccionan todos los precios. ¿Y cuando suban los servicios de electricidad y gas?

    Sergio Palazzo, Hugo Moyano o cualquier secretario general de un gremio tiene derecho a aplaudir una paritaria alta. ¿Pero una vice? Ese tuit celebratorio de Cristina a la Bancaria es, en realidad, un certificado de impotencia, transformado en buena noticia. ¡Gol, Palazzo!

    Si acaso existiera un plan para bajar la inflación, es un gol en contra. ¿Cómo se ordena la economía argentina si la principal socia del FDT está indexando la economía? Ella indexa, Guzmán dice que quiere desindexar. Cristina quiere poner plata en la calle, con bonos, moratorias, paritarias altas. Alberto a través del Banco Central sube las tasas de interés para absorber los pesos que todos se sacan de encima y recalientan un consumo inflacionario. Manta corta. Más distribución, mucha más inflación. Menos distribución, peligro de retraimiento y suba de la pobreza.

    En un momento en donde todo está carísimo, aproveche la oferta: usted paga uno y lleva dos fantasmas: híper o recesión.

    Ojalá sean solo fantasmas.

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