La justicia salteña a la caza del narco “fantasma”: lo buscan por bombardeos de droga

0
1102

Jorge Adalid Granier Ruiz es requerido por la Justicia de Salta. Lo señalan como el responsable de los bombardeos de droga en Santa Fe. Su rol en la triangulación entre Brasil, Paraguay y Bolivia.

El triple crimen de Ibarlucea, tras una boda narco, no solo horrorizó por su crueldad, también puso en relieve los hilos del narcotráfico en la Argentina, las conexiones con peligrosas organizaciones criminales y los jugadores clave de una actividad que se expande. Tal es el caso de Jorge Adalid Granier Ruiz, un empresario boliviano con pedido de captura internacional y notificación roja de Interpol. Hasta ahora no se le conocía la cara.

El narco más buscado, dedicado en teoría a la actividad agrícola ganadera, nació el 11 de diciembre de 1979 en San Borja, una ciudad ubicada al norte de Bolivia, en el Departamento de Beni. A diferencia de su hijo aficionado a los aviones, mantiene perfil bajo, a tal punto que su imagen nunca había sido publicada.

Un informe de la DEA

Los restos del auto incendiado en el que iban las víctimas del triple crimen de Rosario

Poco se sabe en la Argentina del jefe criminal apodado “Nono” y “Chuleta”, excepto por un informe de la DEA. La Procuraduría de Narcocriminalidad (PROCUNAR) advirtió sobre sus vínculos con el Primer Comando Capital (PCC), la poderosa organización brasileña.

Granier es señalado por el fiscal federal de Salta, Eduardo Villalba, su par en Santa Fe, Adriana Saccone y el titular de la PROCUNAR, Diego Iglesias, como el líder de una estructura dedicada al transporte en avionetas de cocaína desde Bolivia y Paraguay hacia la Argentina.

Por ese servicio de “taxi”, cobraba una comisión de unos 300.000 dólares y pedía un adelanto de 50 mil, salvo a sus clientes de confianza, como Adelaida “La Tía” Castillo, una bagayera de Salvador Mazza que escaló posiciones hasta ser coronada como la reina narco en el norte argentino.

Fue el celular de “La Tía”, también apodada “Reina Titi”, el que reveló detalles sobre el modus operandi de la banda liderada por Granier: el líder solo realizaba los viajes, encargados a un piloto de su confianza, cuando completaba el máximo de capacidad de carga de la avioneta (entre 380 y 400 kilos), una cantidad que era reunida por varios sujetos dedicados al narcotráfico.

Luego coordinaba la logística para el acopio, entrega y el cobro del servicio con “sus muchachos”: Fabián “Calavera” Pelozo e Ignacio Quintana, detenidos en marzo por el triple crimen de Ibarlucea.

Fabián “Calavera” Pelozo es señalado como hombre de confianza de Esteban “Lindor” Alvarado -enemigo de Los Monos y recientemente condenado a prisión perpetua- y garantizaba el apoyo logístico con vehículos, el predio para el aterrizaje, el lugar de acopio y aportaba el conocimiento de área geográfica, como caminos secundarios y campos de poco uso, para asegurar la recepción de la droga y su posterior entrega a los compradores o dueños (tales como Adelaida “La Tía” Castillo o vendedores locales de Rosario).

Ignacio Quintana, en cambio, estaba bajo la órbita de Pelozo y seguía sus directivas. Por ejemplo, los detectives pudieron establecer que los casi 400 kilos envueltos en bolsas de arpillera que fueron incautados en poder de Adelaida “La Tía” Castillo, la reina de la cocaína, en septiembre de 2020, habían sido provistos por el grupo Granier.

Bombardeo de droga

En mayo, Gendarmería encontró 175 kilos de cocaína en bolsas de arpillera, desparramadas en un campo de Santa Fe

El grupo, dedicado al “bombardeo” de droga en zonas rurales, operaba principalmente en la provincia de Salta, pero también fue detectada su actividad en Santiago del Estero y en Santa Fe, puntualmente, en la localidad de Ibarlucea, a 24 minutos de Rosario, el mismo punto donde Maximiliano Giménez, su pareja, Érica Romero y Elena, la beba de ambos, fueron acribillados por sicarios en el hecho conocido como la boda narco.

Ocurrió el 29 de enero pasado, frente al salón de fiestas contratado por Brisa Leguizamón y Esteban “Pinky” Rocha, ambos procesados como miembros de la banda de Olga “La Tata” Medina, otra jefa del norte argentino. Tras el cruento asesinato, los recién casados desaparecieron y permanecen prófugos.

Esa investigación permitió ahondar sobre el funcionamiento de la organización responsable del tráfico de estupefacientes a nivel local e internacional, gracias a las redes que tejió con las bandas más poderosas del territorio, como el clan Loza.

Jean Carlos Alexis Granier Molina, el hijo de “Nono” a bordo de una avioneta.

A la vez, Pelozo y Quintana aparecen vinculados a una pista clandestina en Monte Maíz, en Córdoba, un punto que apareció marcado en una aeronave usada para el traslado de droga en el caso denominado “Operación Horizonte Boreal” en Paraguay.

Con sus dos principales socios tras las rejas, hasta el momento, Granier fue imposible de ubicar. Los investigadores creen que el presunto capo boliviano sigue al frente de la organización de narcovuelos, desde Bolivia, donde residiría junto a su círculo familiar.

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí