La agonía en la que entró Norma Maidana el 21 de mayo, luego de que su pareja Julio López la prendiera fuego con nafta y fingiera que se había querido suicidar, terminó el último lunes con el deceso de la mujer de 40 años que tenía el 70 por ciento del cuerpo quemado por las agresiones recibidas.
El ataque del femicida fue en el paraje Mamá Chela de Santa Inés en la localidad misionera de Garupá, desde donde llamó al Centro Integral de Operaciones 911 para denunciar que Maidana se había querido quitar la vida.
Desde el día que la víctima ingresó al Hospital Ramón Madariaga de Posadas estuvo en coma inducido, debido a las intensas quemaduras de tipo A y B recibidas, que le dejaron comprometidas sus vías respiratorias y otros órganos vitales. Su fallecimiento también tuvo que ver con que, por su frágil estado, la mujer no soportó el tratamiento médico que debía enfrentar.
El juez Juan Manuel Monte, del Juzgado de Instrucción Nro. 2, tras la muerte de Maidana, pidió cambiar la carátula de la causa de “femicidio en grado de tentativa” a “femicidio”, un delito que conlleva la pena de prisión perpetua para quien sea el autor.
“Una triste situación, nos toca pasar a nosotros este momento muy amargo”, confesó ante La Voz de Misiones Esteban Maidana, hermano de la víctima, quien reconoció que la situación era “muy difícil” porque según el último parte médico “los medicamentos no estaban haciendo efecto y las noticias no eran buenas”.
El lugar donde López atacó a Maidana era el mismo en donde oficiaba de sereno. Al comienzo, la Policía le encontró, según reveló el hermano de la mujer fallecida, “un bidón de nafta y una cobija en su poder”, por lo que fue detenido de inmediato. La falta de pruebas más directas logró que lo liberaran al día siguiente, aunque no pasaría así muchos días más.
Es que la familia de Maidana, apoyada en la abogada Emilse Zapponi, llevó evidencias de una relación violenta en la que el femicida extorsionaba a la víctima con publicar videos íntimos de ella.
Por otro lado, uno de los médicos que atendió a la víctima antes de inducirle el coma, le confesó al hermano que ella llegó a decir unas palabras antes de quedar inconsciente. “Fue Julio, me tiró algo y me prendió fuego”, reveló el doctor que le dijo Maidana.
“Tenemos miedo que vaya al Hospital y termine lo que pudo haber empezado, porque está claro que fue un intento de femicidio”, declaró después Horacio Maidana, otro de los hermanos de la mujer asesinada.
Luego de esta revelación de la letrada y la exposición ante la Justicia de los mensajes enviados, López se negó a declarar sistemáticamente. Con la misma perversión con la que inventó que su pareja se había querido suicidar, se quedó en silencio para evitar reconocer lo que hizo, una acción que no tiene vuelta atrás y por la que deberá enfrentar un juicio.
