“Es duro ver a los que lucran con la enfermedad, con la necesidad del otro, con el dolor ajeno”, afirmó Monseñor Cargnello

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“Perdónanos Señor no hemos podido sacar tu imagen, aquí estamos en esta tarde de un 15 de setiembre muy especial. Todo lo que deseábamos preparar para rendirte nuestro homenaje y contigo a tu Madre, nuestra Señora del Milagro, no pudo ser”, dijo el Arzobispo Mario Cargnello en la renovación del Pacto de Fidelidad con el Señor y la Virgen del Milagro.

Con su voz quebrada dijo que “el Milagro de este comienzo de la tercera década del Milenio lo has preparado Tú, hasta el último detalle. Si hasta el lapacho que te saludaba desde el frente de la Catedral Basílica escondió sus flores! Este Milagro es todo tuyo, todo de María”.

“Pero, Señor, perdónanos, no hemos podido sacar tu imagen. Perdónanos Señor. En la soledad conmovedora de una plaza que añora la multitud parece escucharse tu voz que nos dice: ¡iNo! Este año yo los quiero cargar a cada uno de ustedes”.

Cargnello estuvo de rodillas en la puerta central de la Catedral frente a la imagen del Señor del Milagro y de espaldas a una plaza vacía e inimaginable para esta fecha, “aseguró que la violencia de la pandemia se hace sentir entre nosotros. La enfermedad se expande, el sistema de salud amenaza colapsar, nuestros trabajadores de la salud y de la seguridad se ven desbordados, algunos agotados”.

Señaló también que “hoy experimentamos la verdad de lo afirmado por el Papa. En efecto, la experiencia de los límites que son inherentes a nuestra condición humana están a la vista. Los recursos humanos son muy buenos, pero son insuficientes. Porque sólo son humanos. La ciencia no es omnipotente, la tecnología también tiene sus límites, las organizaciones son limitadas”.

“La enfermedad ha superado proyectos partidarios e ideológicos y ha puesto en evidencia sus límites y la mezquindad de segundas intenciones. ¡Qué triste es contemplar el aprovechamiento de la situación para justificar decisiones dudosas en desmedro del bien común! La enfermedad desnuda al ser humano. Éste no puede ser explicado por ideologías parciales, por visiones sesgadas, por mesianismos de cartón”, añadió.

“Las economías han sufrido y continúan sufriendo un deterioro muy grande. Nos estamos empobreciendo. Son muchísimas las familias que ven disminuir su calidad de vida, sus ahorros, sus posibilidades frente al futuro. Son demasiados los hogares a los que no les alcanza ni para comer. Los hombres y las mujeres que enfrentan la posibilidad de perder su trabajo sufren la angustia de un futuro incierto. Se impone la necesidad de una solidaridad real, sostenida, transparente y de una conducción honesta, austera, paciente”.

En otra parte de su mensaje dijo que “reconocemos tu llamado a celebrar el Pacto de Fidelidad con cada uno de nosotros, con cada una de nuestras familias, con nuestro pueblo de toda la arquidiócesis y de toda la Provincia de Salta, con todos tus devotos”.

Pidió también “por mundo de los servidores de la salud, médicos, enfermeros, bioquímicos, fisioterapeutas, nutricionistas, psicólogos, técnicos, personal jerárquico y administrativo, de farmacias, de limpieza, cocina, lavandería y mantenimiento, camilleros y proveedores. También al mundo de los que cuidan de la seguridad, a la policía y a las distintas fuerzas, a los trabajadores de los servicios esenciales, a todos, a todos. Con tu Madre, María Santísima del Milagro, queremos pedirte que nos enseñes a descubrir delante de tu Padre que es nuestro Padre, el misterio de vida que se esconde en esta hora”.

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