Tomás Etcheverry se va de París con la frente en alto tras jugar un gran torneo que lo hará ascender en el ranking.
Tomás Etcheverry (49°) vivió un sueño hasta los cuartos de final de Roland Garros, cuando se topó con Alexander Zverev (22°), ex N° 2 del mundo, quien tras una lesión en el 2022 está volviendo a su mejor nivel. Y así lo demostró al vencer al argentino por 6-4, 3-6, 6-3 y 6-4 en 3h23m para pasar a las semifinales. El platense, de gran torneo, será el nuevo 30° de la ATP.
El finalista este año en los ATP de Santiago, Chile (perdió con el local Nicolás Jarry) y Houston, Estados Unidos (cayó ante el norteamericano Frances Tiafoe) mantuvo un duelo de derechas en el primer set, en el que Zverev sacó mejor y llevó más regularidad hasta quebrar para el 4-3 luego de haber dispuesto de dos chances de quiebres en los games anteriores.
En cambio, el platense no había contado con posibilidades de quedarse con el servicio del europeo, que con su derecha cruzada y menos cantidad de errores mantuvo el dominio. Prueba de fuego para Sascha, cuando debió confirmar se encontró por primera vez con dos break points en contra, los cuales levantó para llegar al 5-3. Al cabo, se llevó el primero por 6-4 en 52 minutos. Era el primer set que cedía Etcheverry en el torneo.
El desafío de Etcheverry para el segundo set se presentaba en que iba a tener que tomar más riesgos, porque el alemán estaba demasiado sólido como para que él perdiera el partido. En el primer set se había visto que al hincha de Gimnasia le costaba más ganar los puntos que al del Bayern. Tomás, entonces, salió a buscar más las líneas, incluso desde el servicio. Aunque, clave, debía tratar de bajar la cantidad de errores (19-10), que conspiraban contra su progreso y amenaza ante su adversario.
El argentino necesitaba, además, que Zverev lo “ayudara”. Porque cuando podía encontrar espacio para mandar y definir con su derecha, el alemán luego desactivaba la amenaza con un par de servicios ganadores para seguir al frente. Sin embargo, Etcheverry presionó en el 2-3 y, sacando 30-40, el alemán sirvió bien pero cuando se fue a la red le quedó larga una volea que el argentino transformó en un passing para quebrar por primera vez: 4-2.
Aunque después no pudo aprovechar teniendo un 40-30, instancia en la que cometió su primera doble falta del partido, y luego eligiendo mal cuando tenía posibilidad de conseguir otra ventaja. Esos regalitos fueron bienvenidos para Zverev, que “vio luz y subió” para quebrar.
