Treparon las rejas y entraron a La Rosada: Alberto tuvo que hablar con la familia y Cristina se encerró en su despacho

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Cientos de personas ingresaron por la fuerza y obligaron a suspender el velorio que se estaba realizando en el Salón de los Patriotas Latinoamericanos.

Cada vez son más las personas que se acercan a la Casa Rosada con el único objetivo de despedirse del más grande ídolo que dejó este suelo: Diego Armando Maradona. Sin embargo y si bien en un principio trascendió que la familia del Diez, encabezada por Claudia Villafañe y sus hijas, Dalma y Gianinna Maradona, accedieron a estirar la despedida hasta las 19 horas, el operativo de seguridad colapsó y derivó en un rotundo cambio de planes.

Poco antes de las 16, un centenar de personas accedió, desesperados, al Salón de los Patriotas Latinoamericanos para ser parte de la despedida de Maradona. De hecho, varios de ellos saltaron y tiraron abajo las rejas del lugar y se instalaron en el el patio de las Palmeras de la sede del poder ejecutivo de la Nación. Los incidentes habían comenzado pasadas las 14, cuando la Policía interrumpió la fila por órdenes de la familia de Diego.

Cabe destacar que las hijas de Maradona habían exigido terminar la ceremonia a las 16:30, para luego realizar el traslado del féretro a través de una caravana al Jardín de Bella Vista, el cementerio privado que eligió la familia para el descanso eterno de Diego. Si bien el presidente Alberto Fernández intervino y convenció a las hijas del fallecido DT de Gimnasia de estirar la ceremonia hasta las 19 horas, todo se descontroló.

Un gran número de violentos accedió a Casa Rosada por la fuerza, lo que obligó a las autoridades del lugar a retirarse. La familia de Maradona, junto al féretro con los restos mortales del Diez, fueron trasladados al Salón de los Pueblos Originarios para dedicarle el último adiós de manera intima antes de trasladarlo al cementerio. Mientras que la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner tuvo que aislarse en su despacho.

Al ver la locura que de desató y que involucró una represión de parte de la Policía de la Ciudad de Buenos Aires fuera de la sede del gobierno, el presidente y su jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, intervino y pidió calma en uno de los balcones de la Casa Rosada. “De ninguna manera hubiéramos dado indicaciones de despejar o reprimir; recién nos comunicamos con las autoridades de la Ciudad para solicitarle que no se produzcan más desbandes”, sostuvo en declaraciones radiales Luis Morales, subsecretario de Intervención Federal del Ministerio de Seguridad de la Nación.

Mientras que desde el entorno del ministro de Seguridad porteño, Diego Santilli, señalaron: “El Gobierno nacional armó un comando unificado de fuerzas federales con apoyo nuestro y a las 14 dieron la orden de que no ingrese más gente, lo que generó los incidentes”. Hasta el momento hubo al menos tres detenidos en las inmediaciones de Avenida de Mayo y 9 de Julio tras el anuncio del fin del velatorio.

Uno de ellos hirió a un efectivo tras arrojarle un objeto contundente. En medio de los incidentes, la seguridad dentro de la Casa Rosada, a cargo de Gendarmería, con un comando de infantería, intentó calmar los disturbios y sacar a los que irrumpieron en el lugar. En total, 1200 efectivos de las fuerzas federales nacionales y porteña actúan en el lugar, con camiones hidrantes que atraviesan la 9 de Julio junto a efectivos motorizados.

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