Los manteros aprovecharon la situación y pretendieron hacerse los dueños de las calles del centro.

Ya se habían instalado en Urquiza y Florida no respetando el acuerdo al que habían llegado con las autoridades municipales de trabajar en las plazas del Parque San Martín.

Inspectores junto a la guardia de Infantería de la Policía hicieron que levantaran rápidamente sus puestos y se retiraran del lugar, no sin antes proferir cientos de insultos hacia los trabajadores municipales y efectivos de la fuerza de seguridad.